
Otras personas piensan que lo mucho o lo poco que les ofrece la vida es suficiente para subsistir y son como los objetos que arrastra el río en noche de tormenta. A otras personas por su parte, les encanta el facilismo y la vida de reyes, por lo que se convierten en agua turbia que recorre los caminos más horribles de la corrupción y la delincuencia.
Existe otra estrategia que pertenece a los llamados “ilusos” que observan con delicadeza su cotidianidad y alimentan su mente, su alma y su corazón con la esperanza de que en un mañana sus condiciones pasen a un mejor plano y es precisamente, la esperanza lo que fortalece su autoestima y los guía al sendero más aburrido y miserable para muchos.
¿Pero cuál es ese camino tan maravilloso y qué frutos son esos?...
La respuesta es sencilla: El estudio es el metal más preciado que el oro y una fuente inagotable que induce a los placeres del conocimiento, requiere de esfuerzo, dedicación y sacrificio, pero los resultados son los más satisfactorios para una persona, ya que abre as puertas a un mundo de fieras, con las herramientas necesarias para competir y sobrepasar cualquier adversidad que se presente en la vida en cualquiera de sus campos (laboral, personal, ética y moral, entre otros).
La preparación mediante el estudio te muestra una dimensión que jamás imaginaste conocer y te permite alcanzar lo que en tus sueños pensaste tener y conocer. Además, te permite ofrecer a los que vienen, algo mucho mejor de lo que a tí te ofrecieron.
Quién se guía por el destino, vive ocultándose a sí mismo las capacidades que tiene; la conformidad es un error que se refleja en tu incapacidad para soñar y para luchar, que de hecho, afectará a tus hijos en el futuro. Y el facilismo, te condena a una vida con frustraciones, a la cárcel, o peor, a la muerte.
Por eso, no te engañes con los espejismos de tu presente, con las vanidades y lujos que la sociedad te presenta; ni llenes tu cerebro de piedras que te distorsionen de la verdadera herencia, la más bonita y la más fructífera que te pueden dejar tus padres, aquella que vale más que todo el oro del mundo: El estudio.
Recuerda, todo pasa, todo se acaba, pero lo que aprendes se queda en ti hasta que te pongas la pijama de madera.
NOTA: Este ensayo fue seleccionado en clase de Lengua Castellana por la Esp. Clementina Múnera.
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