FRASE DEL DÍA: "Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción" Simón Bolívar


lunes, 18 de enero de 2010

EL CUENTO DE ABRAHAM Julissa Arias Pérez - Curso 7 - 1

Abraham les narraba a sus nietos y a otros niños cómo había sido la vida en su niñez, él lleno de nostalgia les contaba que en aquella época el agua era abundante y corría por los grandes ríos, en los que ellos se bañaban disfrutando alegremente.

Las personas regaban las puertas con mangueras que tenían unos chorros abundantes, las mujeres lavaban la ropa con grandes cantidades de agua y todo el mundo abusaba indiscriminadamente del preciado y vital líquido.

Con el pasar de los años por la irresponsabilidad de los hombres, el agua empezó a escasear; los ríos estaban saturados de basura y químicos, por ende, estaban contaminándolo todo y su agua ya no era apta para el consumo, ni para bañarse y ni siquiera para la navegación.

El mundo comenzaba a reaccionar ante la inminente amenaza que se avecinaba, y empezaron las grandes campañas para que las personas ahorraran agua, se concientizaron que nuestro planeta estaba quedando sin agua y esto sería desastroso para las futuras generaciones. Pero por más esfuerzo que realizaban algunas personas, los demás pensaban que eso nunca iba a suceder, seguían abusando del líquido, despilfarrando grandes cantidades de agua, talando árboles, quemando basuras, utilizando muchísimos productos químicos, acabando las especies animales, ya sea por su piel, por sus dientes, por su carne, etc., y mientras tanto el planeta agonizaba y la mayoría de las personas no lo notaban; el tiempo seguía corriendo y el planeta se ahogaba en su propia contaminación, la capa de ozono que nos protegía se desgastaba, los rayos del sol caían directamente sobre la tierra, ya no hay ni oxigeno en el aire porque los árboles se extinguieron y el agua que cae del cielo es ácida.

Los niños no le creían la historia a su abuelo, porque en aquel tiempo nada de lo que Abraham decía se conocía.

Si no cuidamos el agua, ni las especies que todavía tenemos, si no sembramos árboles y evitamos al máximo contaminar los ríos, en un futuro no muy lejano nuestros hijos y nietos tampoco creerán cuando nosotros se lo contemos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nos dejas una gran enseñanza. Felicitaciones