Lic. Johnny Peña M. |
Eso sería
el pensamiento de la gran masa de población de nuestro hermoso país Colombia. La
respuesta en el plano regional la podemos evidenciar en los tradicionales
festivales culturales, que son eventos creados con un fin principal: conservar
nuestras tradiciones autóctonas, perpetuarlas en el tiempo y en el espacio,
convirtiéndose en parte de nuestro vivir directa e indirectamente para que
nunca mueran porque están impregnadas como parte de nuestro ser.
En
este año 2017 se llevó a cabo la XIX versión del Festival Intercolegial de Intérpretes, Acordeonistas Infantiles y Décimas,
evento que ha trascendido nuestras fronteras regionales porque vienen
exponentes de diversos municipios y departamentos de nuestra costa caribe.
Resaltamos la invaluable dirección del Licenciado Nelson Rangel Díaz, quien ha sido el gestor que ha conservado este magno evento con el apoyo del personal docente, estudiantil y directivo de la Institución Educativa Domingo Tarrá Guardo de Arjona, Bolivar. El año anterior, por motivos ajenos a nuestra voluntad no se llevó a cabo este evento, pero el presente año 2017 en los días 5 y 6 de Octubre se reanudó y la aceptación fue más que apoteósica; me atrevo a decir que ha sido uno de los años de mayor concurrencia de público estudiantil, docente y particular que, contrario a lo que muchos piensan acerca de nuestras tradiciones culturales, se notó que siguen y seguirán vivas por mucho tiempo, ya que se cuenta con un gran semillero de verdaderos artistas de nuestra música y también de muchos poetas grandes en talento aunque pequeños de estatura. Aquí está el presente y futuro de nuestro folklor, inspirados en las obras de nuestros antepasados.
A pesar de muchos ritmos
extranjeros que tienen mucha aceptación en nuestro medio, no hubo apatía por
parte de simpatizantes o no de nuestra música vallenata; fue muy gratificante
escuchar como nuestros niños y jóvenes entonaban canciones tradicionales y
modernas del género vallenato, se deleitaban con las décimas aprendidas o
improvisadas, se encantaban con las notas de los ritmos tradicionales como el
paseo, merengue, son y puya interpretadas por niños de esta generación que
cultivan y se deleitan saboreando sus exquisitos acordes armoniosos.
Algo sí hay que decir de nuestros estudiantes, y es que requieren
de más apoyo, tiempo e instrucción para ayudar a desarrollar mucho más sus
grandes talentos. Con esto de seguro respondo a la pregunta que titula este artículo.
Adelante siempre y que nunca muera esta hermosa tradición.
Lic. Johnny Peña Marrugo.
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