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lunes, 2 de agosto de 2010

Calidad Educativa: ¿Realidad o utopía? Por el docente Alberto García

 

CALIDAD EDUCATIVA: ¿REALIDAD O UTOPIA?

El progreso de los pueblos se mide por la educación de su gente.

Quiero iniciar mi exposición, haciendo esta reflexión, por considerar que la educación es el eje fundamental que mueve el desarrollo del hombre en todos los aspectos; es el motor que impulsa a las sociedades hacia el progreso; es la luz que saca al hombre de las tinieblas.

Desafortunadamente nuestro pueblo colombiano, se distancia de esta realidad y sobre todo, se aleja cada día del término “calidad educativa”.

¿Por qué aseverar que el pueblo colombiano está distante de esta realidad? Muchas razones me sirven como fundamento para tal afirmación, entre ellas:

1.    Los planes educativos en Colombia cambian como rotan los gobernantes. Cada gobierno con el ánimo de figurar importa un modelo educativo distinto al del gobierno anterior y aún no se han podido amoldar los entes educativos al primero, cuando ya se impone el segundo. ¿Será que con éste problema aún latente, se puede hablar de “calidad educativa”?

El modelo imperante olvida que sin exigencia no hay calidad. No quiero significar que la educación debe ser represiva, pero téngase en cuenta que nuestros jóvenes no están preparados para una autoeducación y el modelo actual está llevando a nuestros educandos a la cultura del facilismo

2.    Los padres de familia, esencialmente, en la educación pública, no intervienen en la formación de su hijo; son personas que viven del rebusque, tienen hogares disfuncionales, recompuestos y en muchos de los casos, se da el fenómeno de madresolterismo. Viven en barrios marginales. Todo esto contribuye a la mala formación del educando, ya que debe trabajar a muy temprana edad y se inclina hacia los vicios, placeres mundanos y no a su formación

3.    Nuestros gobernantes no invierten en educación, ni en salud, son organizaciones que no producen recursos económicos al estado y en un país capitalista como el nuestro, lo que no incrementa el capital del estado no debe funcionar. Esto trae como consecuencia una acelerada privatización de la educación y un choque con los estamentos afectados, lo que de una u otra forma afecta los procesos educativos.

4.    En Colombia no hay una verdadera selección del docente teniendo en cuenta vocación y preparación, sino que el docente es nombrado de acuerdo al grupo político de turno; lo que hace que cualquier profesional, no importa su profesión, que no encuentre trabajo, es llevado a las aulas de clase a improvisar y no se tiene en cuenta el daño tan grande que se le hace a nuestros estudiantes y a la educación en general.

5.    Nuestros jóvenes venidos de barrios marginales, criados por lo general, por abuelos, tíos, primos, en fin, carentes de un hogar debidamente estructurados, tienen mayor inclinación al trabajo temprano, son muy vulnerables a las drogas y al abuso sexual, apáticos al estudio. El docente debe realizar un verdadero trabajo de orientación, de reeducación, para poder llegar de manera efectiva a ellos y poder vencer la educación desorientada producto de los patrones negativos de imitación por los que son influenciados en sus lugares de origen.

6.    Nuestras escuelas por lo general, son lugares inapropiados ubicados en cualquier lugar de pueblos o ciudades, sin tener en cuenta las distintas formas de distracción del niño o del joven. Carentes de los enseres fundamentales: sillas, ventiladores, entre otros. Con hacinamiento en las aulas. Sin lugares de recreo, sin comedores escolares; en fin, lugares que en vez de ser llamativos para quienes pocos deseos tienen de estudiar, lugares que en vez de estimular al estudio por ser acogedores, se convierten en recintos de tortura para los muchachos, trayendo como consecuencia la deserción escolar.

Por todo lo anterior, considero que se hace necesario una verdadera Revolución Educativa, una verdadera Reforma Educativa, en donde no sólo intervenga el gobierno imponiendo sus modelos educativos importados, sino que el modelo educativo a poner en práctica sea el resultado de las propuestas estudiadas a conciencia y presentadas por todos y cada uno de los entes que intervienen en el proceso educativo. Que sea el producto del estudio realizado conjuntamente, por el gobierno, los docentes, padres de familia y estudiantes, sin descuidar el factor productivo y el momento histórico que se esté viviendo.

Puedo asegurar que sólo cuando se prepare a la gente con un modelo educativo como el planteado en estas líneas, se podrá hablar en el futuro de “Calidad Educativa”.

Docente. ALBERTO IGNASIO GARCIA CASTRO