sábado, 28 de agosto de 2010
lunes, 2 de agosto de 2010
Calidad Educativa: ¿Realidad o utopía? Por el docente Alberto García
CALIDAD EDUCATIVA: ¿REALIDAD O UTOPIA?
El
progreso de los pueblos se mide por la educación de su gente.
Quiero
iniciar mi exposición, haciendo esta reflexión, por considerar que la educación
es el eje fundamental que mueve el desarrollo del hombre en todos los aspectos;
es el motor que impulsa a las sociedades hacia el progreso; es la luz que saca
al hombre de las tinieblas.
Desafortunadamente
nuestro pueblo colombiano, se distancia de esta realidad y sobre todo, se aleja
cada día del término “calidad educativa”.
¿Por
qué aseverar que el pueblo colombiano está distante de esta realidad? Muchas
razones me sirven como fundamento para tal afirmación, entre ellas:
1.
Los
planes educativos en Colombia cambian como rotan los gobernantes. Cada gobierno
con el ánimo de figurar importa un modelo educativo distinto al del gobierno
anterior y aún no se han podido amoldar los entes educativos al primero, cuando
ya se impone el segundo. ¿Será que con éste problema aún latente, se puede
hablar de “calidad educativa”?
El
modelo imperante olvida que sin exigencia no hay calidad. No quiero significar
que la educación debe ser represiva, pero téngase en cuenta que nuestros
jóvenes no están preparados para una autoeducación y el modelo actual está
llevando a nuestros educandos a la cultura del facilismo
2.
Los
padres de familia, esencialmente, en la educación pública, no intervienen en la
formación de su hijo; son personas que viven del rebusque, tienen hogares
disfuncionales, recompuestos y en muchos de los casos, se da el fenómeno de
madresolterismo. Viven en barrios marginales. Todo esto contribuye a la mala
formación del educando, ya que debe trabajar a muy temprana edad y se inclina
hacia los vicios, placeres mundanos y no a su formación
3.
Nuestros
gobernantes no invierten en educación, ni en salud, son organizaciones que no
producen recursos económicos al estado y en un país capitalista como el
nuestro, lo que no incrementa el capital del estado no debe funcionar. Esto
trae como consecuencia una acelerada privatización de la educación y un choque
con los estamentos afectados, lo que de una u otra forma afecta los procesos
educativos.
4.
En
Colombia no hay una verdadera selección del docente teniendo en cuenta vocación
y preparación, sino que el docente es nombrado de acuerdo al grupo político de
turno; lo que hace que cualquier profesional, no importa su profesión, que no
encuentre trabajo, es llevado a las aulas de clase a improvisar y no se tiene
en cuenta el daño tan grande que se le hace a nuestros estudiantes y a la educación
en general.
5.
Nuestros
jóvenes venidos de barrios marginales, criados por lo general, por abuelos, tíos,
primos, en fin, carentes de un hogar debidamente estructurados, tienen mayor
inclinación al trabajo temprano, son muy vulnerables a las drogas y al abuso
sexual, apáticos al estudio. El docente debe realizar un verdadero trabajo de
orientación, de reeducación, para poder llegar de manera efectiva a ellos y
poder vencer la educación desorientada producto de los patrones negativos de
imitación por los que son influenciados en sus lugares de origen.
6.
Nuestras
escuelas por lo general, son lugares inapropiados ubicados en cualquier lugar
de pueblos o ciudades, sin tener en cuenta las distintas formas de distracción
del niño o del joven. Carentes de los enseres fundamentales: sillas,
ventiladores, entre otros. Con hacinamiento en las aulas. Sin lugares de
recreo, sin comedores escolares; en fin, lugares que en vez de ser llamativos
para quienes pocos deseos tienen de estudiar, lugares que en vez de estimular
al estudio por ser acogedores, se convierten en recintos de tortura para los
muchachos, trayendo como consecuencia la deserción escolar.
Por todo lo anterior, considero que se
hace necesario una verdadera Revolución Educativa, una verdadera Reforma
Educativa, en donde no sólo intervenga el gobierno imponiendo sus modelos
educativos importados, sino que el modelo educativo a poner en práctica sea el
resultado de las propuestas estudiadas a conciencia y presentadas por todos y
cada uno de los entes que intervienen en el proceso educativo. Que sea el
producto del estudio realizado conjuntamente, por el gobierno, los docentes, padres
de familia y estudiantes, sin descuidar el factor productivo y el momento
histórico que se esté viviendo.
Puedo asegurar que sólo cuando se prepare a la gente con un modelo educativo como el planteado en estas líneas, se podrá hablar en el futuro de “Calidad Educativa”.
Docente. ALBERTO IGNASIO GARCIA CASTRO